Geología amigable, ciencia y arte: Meteoros y meteoritos.
Geología
amigable, ciencia y arte: Meteoros y meteoritos
Por: Julio E.
Stampone
La observación del cielo desde siempre cautivó al hombre, quién de alguna manera a través del tiempo fue registrando sus experiencias, primero en las rocas con grabados y pinturas, y más tarde en el lienzo y el papel.
¿A que llamamos meteoros?
Entre los tantos fenómenos luminosos que se observan en la atmósfera
encontramos a las conocidas estrellas fugaces; quién no ha visto este
tipo de manifestación brillante que surca rápidamente el cielo produciendo un
trazo luminoso de manera tal que a veces podemos verlas brillar durante varios
segundos mientras que en otras ocasiones no nos da tiempo siquiera para
comentar su paso, incluso suelen dejar una estela que persiste durante varios
segundos. También suelen manifestarse de distintos colores como rojo, verde y
azul entre otros.
Ver pasar a las estrellas
fugaces normalmente no concluye en la simple observación de un acontecimiento
natural, sino que representa una importante carga cultural que asiduamente se
manifiesta pidiendo deseos. Esta costumbre viene desde los orígenes de la
humanidad y está relacionada con la superstición y sus mitos; algunos de estos
mitos consideraban este fenómeno como de buena suerte mientras otros anunciaban
desgracias. No olvidemos que desde antaño el cielo fue considerado el lugar de
residencia de los dioses, algo mágico poblado de hechos sobrenaturales cuyas
acciones eran consideradas manifestaciones sagradas, que hoy sabemos son
fenómenos atmosféricos.
¿Entonces, qué son las estrellas fugaces?
En
primer lugar debo decir que no son estrellas y científicamente a este
fenómeno astronómico luminoso se lo denomina meteoro, concepto que se
lo utiliza para definir el ingreso de objetos sólidos a la atmósfera llamados meteoroides
(partículas cuyos tamaños normalmente van desde menos de 1 milímetro a algunos
centímetros, pudiendo alcanzar algunas decenas de metros) que debido a la
presión de choque (al chocar el cuerpo con la atmósfera el aire se comprime,
aumenta la presión y aumenta la temperatura, que se transfiere al objeto
espacial) se incineran totalmente en la capa atmosférica superior a una altura
que oscila entre los 100 km y 50 km calculados desde que aparece hasta que
desaparece, tengamos en cuenta que la velocidad de penetración de esta materia interplanetaria
puede variar entre unos 40.000 km/hora y 260.000 km/hora dependiendo si el
ingreso coincide o es contrario al sentido de giro del planeta. Consecuentemente
el calor producido por la fricción atmosférica, del orden de los 2000ºC, es
capaz de desintegrar objetos de hasta varios kilos. No obstante, hay que tener
en consideración que las bajas temperaturas reinantes a esas alturas, que
alcanzan los 90ºC bajo cero, van enfriando el cuerpo del meteoro a medida que
se descascara (ablación térmica) y reduciendo su tamaño, de esta manera es común
que los meteoros que no se destruyen en su totalidad, impacten en la superficie
terrestre a temperatura ambiente. Estos meteoros en los cuales algunas de sus
partes sobreviven al pasaje a través de la atmósfera y terminan colisionado con la superficie
terrestre, reciben el nombre de meteoritos. Se estima, con una
significativa tasa de error tanto en más como en menos, que en nuestro planeta cada
día ingresan más de 100 toneladas de material extraterrestre y más de 500.000
meteoros pueden ser observados a simple vista.
La lluvia de estrellas
Ante todo cabe aclarar que no es real que lluevan estrellas, esos
momentos particulares donde se puede observar simultáneamente centenares de
destellos luminosos surcando el cielo, conocidos como lluvia de estrellas
fugaces; suceden cada año aproximadamente en las mismas fechas y se
producen debido a que la Tierra en su trayectoria alrededor del Sol atraviesa
zonas donde se encuentra con materiales esparcido en el espacio que
tienen un origen común y viajan agrupados en órbitas similares. Como resultado
del encuentro, estos materiales pulverulentos desprendidos de cometas o
asteroides entran en nuestra atmósfera provocando la lluvia de meteoros,
cuando el fenómeno es muy intenso se lo denomina tormenta de meteoros.
![]() |
Tormenta de estrellas fugaces de 1833 sobre
las cataratas del Niágara, EEUU. Grabado portada de “Astronomy in Canada”. |
El responsable de la lluvia de estrellas conocidas como las
Leónidas es el cometa “Temple-Tuttle”, cuyo paso por la Tierra se repite cada
33 años intersectando casi exactamente la órbita terrestre. En cada ocasión que
este cometa se acerca al sol pierde parte del material que lo forma el cuál es
expulsado al espacio pero permanece en una órbita similar a la del cometa, de
esta manera la trayectoria del cometa se puebla de gran cantidad de material
que por efecto de la gravedad terrestre cada 33 años culmina ingresando a
nuestra atmósfera. Se ha calculado que la lluvia de 1833 se produjo por
el material expulsado durante
el acercamiento del año 1800;
y la del 1966 por el material expulsado en 1899.
La
tormenta de estrellas de 1833 fue muy intensa estimándose que más de 200.000
meteoros surcaron el cielo durante las nueve horas que duró el clímax del
fenómeno, siendo América del Norte el lugar privilegiado para su observación.
En ocasiones estas
manifestaciones astronómicas resultan tan espectaculares que deslumbran tanto a
científicos, como a las personas en general y especialmente a aquellos que de
alguna manera tienen una sensibilidad especial que hace que un hecho natural se
trasunte a una obra de arte, así lo han percibido, entre otros muchos, el poeta
estadounidense Walter “Walt” Whitman (1819-1892) y el pintor paisajista de la misma nacionalidad Frederic Edwin
Church (1826-1900);
de quienes se asegura fueron testigos de un mismo evento: un meteoro que cruzó el cielo de Nueva York el 20 de julio de 1860 cuyos destellos se observaron durante más de 30 segundos, el primero
lo vio desde Catskill, estado de Nueva York y el segundo desde la ciudad de
Nueva York.
Ambos, y cada uno a su manera
interpretaron el fenómeno astronómico con la sensibilidad del poeta y del
artista, de la manera siguiente:
Extracto
del poema “Año de Meteoros 1859-1860” de Walt Whitman, que figura en el índice
original de Redobles de tambor [Drum taps, 1865],
“No me
olvido de cantar acerca de cómo se movía [el barco] rápidamente y rodeado de
decenas de miles de pequeñas naves, /
Ni del cometa
que surgió repentinamente y ardiendo por el norte, /
Ni de la
extraña y gigante procesión de meteoritos que pasaba, deslumbrante, por encima
de nuestras cabezas, /
Sólo por un
momento, sólo por un momento guió a sus bolas de luz extraterrestre sobre
nuestras cabezas, y después se fue /
De ello, e
irregular como lo eran ellas, canto, con sus destellos, que iluminarían estos
cantos. /
¡Oh año
salpicado del mal y del bien – año de profecías! /
¡Año de
extraños y pasajeros cometas y meteoritos! /
Y mientras
me muevo rápidamente entre vosotros, destinado a caer y a ser olvidado
rápidamente, ¿qué es este canto? /
Obra
titulada “El Meteoro 1860”, que recoge con gran exactitud la escena
descrita por Whitman: una extraña y gigante procesión de meteoritos que
pasaba, deslumbrante, por encima de nuestras cabezas.
Los meteoritos
Recordemos que con esta calificación
designamos a los objetos que viajan por el espacio exterior (meteoroides) y que
atraídos por la gravedad terrestre ingresan en nuestra atmósfera y la
atraviesan hasta impactar con la superficie del planeta.
Desde el punto de vista científico los meteoritos resultan ser muestras de material extraterrestre cuyo estudio puede ayudar a investigadores de distintas disciplinas como, astrónomos, astrofísicos y geólogos, entre otros; a comprender mejor los orígenes y procesos de formación y evolución planetarios, y en particular para nuestro planeta poder ahondar en el conocimiento de su constitución interior, como así también en cuestiones relacionadas con el origen de la vida en la Tierra.
Uno de los principales enigmas de los meteoritos es su procedencia, se piensa que de los 63.000 restos de meteoritos encontrados en la Tierra hasta el momento, la casi totalidad de ellos procede del “cinturón de asteroides” ubicado entre Marte y Júpiter, y solamente una porción muy pequeña, inferior al 1%, está constituida por fragmentos originados en Marte y en la Luna. Se presume que en ocasiones algunos meteoritos impactan en estos astros y como consecuencia de la colisión se desprenda material de los mismos adquiriendo velocidades suficientemente elevadas como para abandonar su propio mundo y alcanzar el nuestro, después de recorrer el espacio exterior durante miles o millones de años.
Desde el punto de vista científico los meteoritos resultan ser muestras de material extraterrestre cuyo estudio puede ayudar a investigadores de distintas disciplinas como, astrónomos, astrofísicos y geólogos, entre otros; a comprender mejor los orígenes y procesos de formación y evolución planetarios, y en particular para nuestro planeta poder ahondar en el conocimiento de su constitución interior, como así también en cuestiones relacionadas con el origen de la vida en la Tierra.
Uno de los principales enigmas de los meteoritos es su procedencia, se piensa que de los 63.000 restos de meteoritos encontrados en la Tierra hasta el momento, la casi totalidad de ellos procede del “cinturón de asteroides” ubicado entre Marte y Júpiter, y solamente una porción muy pequeña, inferior al 1%, está constituida por fragmentos originados en Marte y en la Luna. Se presume que en ocasiones algunos meteoritos impactan en estos astros y como consecuencia de la colisión se desprenda material de los mismos adquiriendo velocidades suficientemente elevadas como para abandonar su propio mundo y alcanzar el nuestro, después de recorrer el espacio exterior durante miles o millones de años.
¿Dónde podemos encontrar meteoritos en
la Tierra?
Prácticamente la totalidad de los
meteoritos descubiertos se encontraron en regiones desérticas del planeta, esto
se debe a que en dichas áreas la cobertura vegetal es reducida o nula y los
aspectos del relieve resultan favorables para visualizar restos expuestos de
meteoritos o detectar características propias de los impactos como la formación
de cráteres o depresiones producidos por caída de meteoritos a los que llamamos
“astroblemas”, y además porque estas regiones pueden permanecer durante miles de
años sin que se altere significativamente su fisonomía. La Antártida es una de
ellas, un territorio helado donde se han encontrado casi el 70% de todos los meteoritos
hallados en la Tierra, también los desiertos de arena son regiones donde se han
registrado números hallazgos. La Patagonia Argentina no escapa a esta
consideración donde hasta el momento se encuentran registrados 15 meteoritos, 5
en Río Negro, 3 en Neuquén, 2 en Santa Cruz y finalmente 5 en Chubut
denominados el “Uzcudum” caído el 16 de abril de 1948 a las 16 horas en el Dto.
Ameghino, único recuperado al momento de impactar con la superficie, de él se
obtuvieron 20kg; el Caperr encontrado en Río Senguer en 1869; y completando la
lista tenemos El Sampal en Nueva Lubecka, el Gan-Gan y el Esquel. Cabe
destacar que en nuestra Patagonia existen numerosos indicios geomórficos, no
todos registrados, que podrían ser impactos de meteoritos.
¿Cómo son los meteoritos?
Muchos
asteroides, de manera similar a nuestra Tierra, poseen una corteza rocosa y un
núcleo metálico. Como consecuencia de sus mutuas colisiones se fracturan y los
fragmentos adquieren velocidades de escape suficientemente grandes que les
permite salir de sus órbitas y viajar por el espacio hasta caer en el campo
gravitatorio de algún cuerpo planetario mayor, como un planeta, y al colisionar
con su superficie pasa a ser un meteorito. Por lo tanto estos
objetos presentan diversidad de caracteres y composición, y a medida que se
avanza en el conocimiento científico de ellos se producen nuevas
clasificaciones que fundamentalmente consideran la composición química e
isotópica, la mineralogía y las estructuras.
La clasificación convencional
tiene en cuenta tres tipos: Lititos (pétreos), sideritos (ferríferos
con contenido de níquel) y mixtos (con contenidos pétreos y metálicos).
La proporción de lititos sobre la de sideritos encontrados es de 9 a1.
Muchos autores utilizan los términos “condritas”,
para definir lititos que contienen cóndrulos (=grano) de silicatos de tamaños
milimétricos y alta proporción de hierro (19% a 25%), y “acondritas”
para lititos sin cóndrulos y con menor proporción de hierro (14%).
Mientras
que los meteoritos metálicos según sea la aleación hierro-níquel se subdividen
en: hexaedritas, octaedritas y ataxitas
En cuanto al tamaño de los meteoritos
encontrados, este varía enormemente van desde unos gramos a decenas de
toneladas. En la tabla siguiente se detalla los cinco más grandes hallados en
nuestro planeta.
Nº
de orden
|
Nombre
|
Procedencia
|
Peso estimado en toneladas
|
1
|
HOBA
|
Otjozondjupa Namibia
|
66
|
2
|
AHNIGHITO
|
Cape York
Groenlandia
|
30,9
|
3
|
GANCEDO
|
Chaco – Argentina
|
30,8
|
4
|
EL CHACO
|
Chaco - Argentina
|
28,8
|
5
|
BACUBIRITO
|
Sinaloa – México
|
20
|
Cabe
destacar que el meteorito El Chaco por su peso se lo consideraba
ocupando el segundo lugar en el mundo, pero en el 2016 fue pesado nuevamente y
su masa arrojó un valor inferior a los obtenidos anteriormente de 33,4 Tn en
1980 y 37 Tn en 1990. Como podemos ver en la tabla precedente el Hoba se
destaca notablemente por su peso mientras que los tres siguientes tienen
valores similares, por lo que no sería de extrañar que nuevas mediciones más
precisas, modifique las posiciones de los mismos.
Importancia de los meteoritos en la sociedad
Precedentemente vimos que hay
distintos tipos de meteoritos, pero sin lugar a dudas los que se encuentran más
identificados con la sociedad son los metálicos. Es muy posible que el primer
encuentro de la raza humana con el hierro haya sido a través de estos viajeros
del espacio. Antes de que se descubriera el proceso de fusión, los materiales
de los meteoritos habrían servido de materia prima para la fabricación de armas
y herramientas.
Desde la daga de Tutankamon a las
modernas pìstolas norteamericanas de la colección Big-Bang y pasando por la
hermosa Katana Tentetsutou
La
daga de Tutankamon, faraón Egipcio de la dinastía XVIII, fallecido a los 18
años, reinó entre el 1336 a.C. y el 1327 a.C., que fuera depositada sobre su
muslo después de muerto, fue construida con material que vino del espacio
exterior. Los científicos que la estudiaron compararon el
metal de la daga con el de meteoritos conocidos en la región y encontraron una
composición similar en el meteorito Kharga, que cayó en las costas del
Mediterráneo, a unos 250 kilómetros de Alejandría.
El Gibeon, un meteorito muy solicitado
Difícil imaginar que un mismo material de unos 4500 millones de
años, tan antiguo como el mismo sistema solar donde se originó y que después de
viajar millones de kilómetros por el espacio exterior y colisionar con nuestra
Tierra, pueda ser empleado por el hombre en usos muy diversos, como ocurrió con
el meteorito Gibeon encontrado en Namibia (África) en 1836 y que lleva
ese nombre por la cercana localidad homónima donde cayó.
Este meteorito metálico (octaedrita) de 26 toneladas, está compuesto
por 87% de hierro, 8% de níquel con contenidos menores de cobalto y fosforo, que
lo convierten en algo realmente especial.
Desde que fuera descubierto se han sacado del país pequeñas
cantidades, y si bien en la actualidad Namibia ha prohibido su exportación y su
explotación, se asegura que es posible todavía comprar pequeños trozos que se
ofrecen por internet. La mayor parte se encuentra en el Museo Geológico
Nacional de Namibia.
La antigua
costumbre de fabricar armas con fragmentos meteríticos persistió en el tiempo, y
como veremos más adelante continúa en la actualidad.
Restos del meteorito africano fueron
usados para forjar la increíble “espada celestial” japonesa (Tentetsutou).
Otra
parte del meteorito Gibeon fue utilizada por la empresa norteamericana
fundada en 2011 Cabot Guns, para construir la famosa serie pistolas “The Big-Bang”.
La empresa ofrece en venta un set de dos pistolas al precio de 4.500.000 de
dólares. En este caso vale la expresión “parece cosa de otro mundo”.
El
preciado metal del viajero espacial también les intereso a los suizos, donde la
firma Rolex, fabricante de los afamados relojes, desde el año 2008 utiliza partes
del meteorito Gibeon para construir las esferas de su exclusiva línea Daytona
Meteorite.
Existen
diversas variantes de relojes de este tipo cuyos precios pueden oscilar entre
unos 6.000 a 50.000 dólares, pero todos se destacan por el brillo y tonalidades
que refleja la esfera metálica.
No
muchos pueden tener el placer de llevar parte de otro mundo en la muñeca.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfXG3d_JqeUl_Q4EfS04_m51sOVXqEwG6uPxxlw3fK-cNhR5OhsOWR5zDzbybCyRIPOdQJnMkpKGNOSfocOFuwX8vGo_ODpC6zbgaZjPgNdg83EuGA0aFJBUL2jvKMnzCfpyckE_K8Oxc/s320/Meteoros-9.jpg)
El
meteorito cuyos fragmentos encontrados totalizaron un peso estimado en 70
toneladas fue bautizado con el nombre de Sikhoté-Alin. La aldea Beitsuj
en 1972 cambió su nombre a Meteoritny.
Para el escultor de arte moderno
italiano Maurizio Cattelan un meteorito fue parte de su inspiración, él en
colaboración con el escultor francés Daniel Druet concretaron en 1999 la obra
“La Nona Ora”, la misma representa al papa Juan Pablo II cuando le cae encima
un meteorito.
El
título de la obra cuya traducción es “La Novena Hora” hace alusión a las 15 hs,
hora de la muerte de cristo en la cruz, es decir nueve horas después de la
salida del sol.
En el año 2000 la obra fue presentada en
la exposición “Apocalypse” en la Royal Academy de
Londres. En el 2001 fue vendida por la casa de subastas Christie´s de Nueva
York en dólares 886.000.
En nuestro país, en la Provincia del Chaco, en la zona de Campo del Cielo se
encontraron numerosos cuerpos meteoríticos. El lugar fue redescubierto en 1576
por una expedición española comandada por Hernán Mejía de Mirabal en busca de
una supuesta mina de hierro y otros metales; dado que les había llamado la
atención que las etnias chaqueñas utilizaban puntas de flechas y boleadoras de
hierro.
Los
nativos afirmaban con sorprendente convicción que las rocas habían caído del
cielo.
Estas costumbres y
creencias fueron descriptas y registradas detalladamente con el pincel del
artista por Florián Pauché (1719-1779), misionero jesuita de nacionalidad austríaca y española, quien trabajó
principalmente entre los indios mocovíes y pintó las
costumbres de la región. El relato de sus vivencias durante su época misionera
entre los indios mocovíes (publicado recién en 1944), es un valioso tipo de
fuente histórica que ha sido denominada como "literatura del exilio",
que son los escritos de los jesuitas que relataron sus
experiencias
misioneras en Europa luego de la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767.
Reproducción Florián
Pauché centro de interpretación, Reserva Natural Cultural Piguen N´oxaxá,
Meteorito – Chaco, Municipalidad de Gancedo, Pcia. Chaco, Argentina.
Los
meteoritos fueron usados para hacer boleadoras
Reproducción
centro de interpretación, Reserva Natural Cultural Piguen N´onaxá, Meteorito –
Chaco, Municipalidad de Gancedo, Pcia. Chaco, Argentina.
Se sabe que por lo menos desde el siglo
XVIII, los “moqoit” habitaban el actual Chaco. Para ellos los meteoritos son
objetos celestes y se relaciona las estrellas, el poder, el agua, la lluvia y
los viajes de los chamanes al cielo.
-Acevedo, R. et al. 2011.Meteoritos y astroblemas de la Patagonia
Argentina. Desde la Patagonia Difundiendo Saberes. Vol 8- Nº12-2011.
-Acevedo, R.D. y M.C.L.2011. Rocca. Catálogo de los meteoritos
hallados en territorio argentino. Historia Natural, tercera serie, volumen 1.
-Apuntes desde la NASA, 2016. Cientos de meteoritos llegan a la
NASA desde la Antártida
-Christies.com (éd). La Nona Ora.
-Ciencia y tecnología. 2017. 6 meteoritos que han caído en el
Extremo Oriente de Rusia. http./es.rbth.com/tecnología/ciencia/2l.
- Cuadernos de Cultura Científica.2018. Meteoros. Lluvias.
Poemas. https://culturacientífica.com/2018/09/02/meteoros-lluvias-poemas.
-El periódico, 2018. Diario astronómico, htts/www. El
periódico.com/es/ciencia/2.
- Fulwood Lampkin. Colección particular. Técnica: escultura.
https://historia-arte.com/obras/la-nona-ora.
-https:// culturacientífica.com. Meteoros. Lluvias. Poemas.
-Molina, C. y Salgado. B.2002. Meteoritos, petrografía, geoquímica
y origen astrofísico.
-Stampone, J.2003. Geología: Una visión a partir del cosmos.
-Tendencias Científicas. 2019.
https:/wwwtendencias21.net/descubren el origen de los meteoritos que impactan
la Tierra.
Excelente, espero más, me quedé con las ganas de seguir leyendo.
ResponderBorrarEs un placer.
Probando comentarios! Saludos a nuestros lectores.
ResponderBorrarParece que funciona bien. Abrazo
BorrarSi gracias otro
BorrarMuy bueno! Interesante y claro. Esperamos el próximo!
ResponderBorrarMuchas gracias está en elaboración
BorrarExcelente exposición, abarcativa y muy interesante! Brillante síntesis de un trabajo apasionado!
ResponderBorrarFelicitaciones y muchas gracias!!!
Muy buena idea Julio, felicitaciones!
ResponderBorrarMuchas gracias Unknown, me alienta a continuar
BorrarFelicitaciones profe
ResponderBorrarEgresada de la lic en cs biológicas del 2007
Muchas gracias Valeria
BorrarMuy claro, minucioso y educativo articulo que creo, puede ser alcanzado por cualquier interesado en aprender. No tengo dudas de que esta es solo la primera de una serie de contribuciones que aportaran muchísimo a mejorar la visión de nuestro planeta. Muchas Gracias Julio!
ResponderBorrarMuchas gracias por tus palabras Mauricio
BorrarHola Julio! buenísima iniciativa!! te aporto algo al apasionante tema: cerca de Bajada del Diablo, sobre un pedimento, encontraron cerca de 200 cráteres. El tema fue publicado por Acevedo, Corbella y otros en https://www.researchgate.net/publication/257927161_Bajada_del_diablo_Un_excepcional_campo_de_crateres_producidos_por_meteoritos_en_el_centro_de_Chubut
ResponderBorrarHola Alejandro, que gusto saber de vos, muchas gracias por tu opinión y por la información, si de verdad es un tema apasionante.
BorrarMe gustan los meteoritos.
ResponderBorrarHola Julio interesante lo que escribiste. Un tema tan lejano y lo acercaste con un vocabulario comprensible para todos. Gracias por el aporte
ResponderBorrarMuchas gracias Higinio, tu opinión siempre es constructiva.
BorrarHola Julio. Muy interesante y didàctico lo que compartìs "amigablemente", con personas ajenas a la geologìa, como es mi caso. Agradecido y atento a nuevos envìos.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario es muy alentador
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